La lumbalgia es uno de los dolores más habituales entre la población, especialmente entre el sexo femenino y, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, un 80% de la población mundial sufrirá dolor de espalda en algún momento de la vida, de modo que podríamos decir que es una de las patologías más extendidas a nivel global.
Además de otras medidas (como llevar un estilo de vida activo, mantener una buena higiene postural y hacer ejercicios para la espalda, usar una faja lumbar ayuda a tratar las molestias y a aliviar el dolor de esta zona o a evitar sufrir recaídas, si ya hemos padecido lumbalgias anteriormente. En este artículo te explicaremos qué tipos de fajas lumbosacras existen y para qué sirven para que sepas cuál es la más adecuada según tus necesidades y tu actividad.
Tabla de contenidos
Fajas lumbosacras: qué son y para qué sirven
Si bien, tal como hemos comentado en el inicio del artículo, la lumbalgia suele afectar a un gran porcentaje de población, ciertos colectivos tienen mayor riesgo de padecerla; nos referimos a personas adultas con un estilo de vida sedentario, trabajadores que realizan malas posturas y/o carga de pesos en su jornada laboral, deportistas que fuerzan esta parte del cuerpo mientras realizan actividad física, mujeres embarazadas o personas con patologías de espalda (ciática, hernias y protrusiones discales, artrosis lumbar y procesos degenerativos). En consecuencia, estos grupos de población tienen más riesgo de sufrir dolor en la zona lumbar, desde leves molestias, hasta dolores severos que les impidan el movimiento o dificulten seriamente su día a día.
Como su nombre indica, las fajas lumbosacras cubren la región lumbar y el sacro (que es el hueso situado en la base de las vértebras lumbares y que está conectado a la pelvis) y favorecen una postura corporal correcta al mantener y reforzar esta zona de la espalda. La articulación lumbosacra constituye el asiento de una serie de estructuras que se combinan para proporcionar tanto una base sólida y estable para la columna vertebral, como una articulación multifuncional que permite que el torso se tuerza y se doble en todas las direcciones.
Tipos de fajas lumbosacras y cuándo usarlas
Dentro de esta categoría, existen varios tipos de fajas indicadas para tratar distintas dolencias (lumbalgia, ciática o lumbociática, ciatalgia, lumbociatalgia, artrosis, espondilolistesis, hernia discal, fibromialgia, etc.) y actividades; a continuación, las examinaremos:
- Fajas para las molestias lumbares inespecíficas, derivadas de defectos posturales y contracturas musculares: disminuyen la carga sobre las vértebras y discos intervertebrales, aportando sujeción sin reducir la funcionalidad de la espalda (es decir, permitiendo el movimiento). Se usan para tratar molestias inespecíficas y prevenir las lesiones lumbosacras por actividades laborales o deportivas (que pueden causar contracturas y sobrecargas musculares, dolores inespecíficos, etc.), para la contención posoperatoria y para realizar trabajos físicos forzados, como levantar pesos, y trabajos sedentarios con muchas horas en sedestación (sentado) o bipedestación (de pie). También se recomiendan para ayudar a aliviar los dolores provocados por la fibromialgia
- Fajas para las lumbalgias y las mejoras posturales: fajas diseñadas para ofrecer estabilización, sujeción y compresión a la zona abdominal, esencial para mantener una postura corporal correcta. Estos productos ayudan a prevenir lesiones de la espalda en actividades que impliquen cargar peso, realizar posturas incorrectas (ya sea de pie o sentados) o movimientos bruscos y repetitivos. También están indicadas como soporte para posoperatorios, para la actividad deportiva que requiera sujeción en la parte baja de la espalda, para pacientes que sufran dolores lumbares provocados por ciática (dolor lumbar causado por una hernia discal o un disco intervertebral abultado) y como prevención de lesiones en el dorso durante la jornada laboral
- Fajas para las lumbalgias, las mejoras posturales y dolencias como la espondilolistesis: fajas que ayudan a aliviar las molestias de las desviaciones de columna, como la cifosis (curvatura exagerada hacia adelante de la parte dorsal de la espalda) y el dolor lumbar. Al estar diseñadas para estabilizar, sujetar y comprimir la zona abdominal, disminuyen la carga sobre las vértebras y discos intervertebrales y son recomendables en caso de sufrir espondilolistesis L4-L5 y L5-S1 (patología en la cual las vértebras de la columna vertebral se deslizan hacia adelante, saliéndose de la posición correcta respecto al hueso de debajo, hecho que puede presionar el nervio y causar dolor). También son adecuadas para la prevención y recuperación funcional de lesiones, debidas a situaciones de esfuerzo, a actividades sedentarias (trabajos de oficina, conducir, etc.) u otras causas, así como en contención posoperatoria
- Fajas para las lumbalgias severas, la artrosis y las hernias discales: fajas diseñadas para ofrecer un nivel de estabilización alto, sujeción y compresión de la zona abdominal. Estas soluciones disminuyen la carga sobre las vértebras y los discos intervertebrales y aportan sujeción lumbar evitando realizar movimientos bruscos o inesperados. También son muy efectivas para ayudar a aliviar el dolor que provoca la lumbalgia, la lumbociática (más comúnmente llamada ciática, es el dolor lumbar que se extiende desde la zona lumbar hacia los glúteos, descendiendo por la parte posterior de la pierna, en algunos casos hasta el pie), lumbociatalgia (lumbalgia con irradiación hacia las extremidades inferiores), ciatalgia (dolor en el recorrido del nervio ciático por causas distintas a la ciática), hernias discales (disco intervertebral que, al salirse de sitio, irrita nervios cercanos, provocando dolor), brotes de artrosis y artrosis evolucionadas. Otras indicaciones de esta faja son la contención posoperatoria y la prevención y recuperación funcional de lesiones
- Fajas para las lumbalgias severas, las descalcificaciones, reumatismos y desviaciones de la columna, como en el caso de la lordosis: fajas que inmovilizan, sujetan y comprimen la zona abdominal y que disminuyen la carga sobre las vértebras y los discos intervertebrales, aportando sujeción lumbar al evitar realizar movimientos bruscos o inesperados. También ayudan a aliviar el dolor derivado de las lumbalgias, ciáticas (dolor lumbar causado por una hernia discal o un disco intervertebral abultado), artrosis vertebral, hernias discales con irradiación a la pierna, descalcificaciones (disminución de las sales de calcio en los huesos u otros tejidos), reumatismo (conjunto de dolencias o molestias relacionadas con el aparato locomotor) y desviaciones de la columna vertebral, como en el caso de la lordosis (exceso de curvatura hacia dentro en la parte lumbar de la espalda). Finalmente, estas fajas también están indicadas para la contención posoperatoria
Composición de las fajas lumbosacras e instrucciones de uso
Las fajas lumbosacras están fabricadas con tejidos elásticos, que permiten que se adapten anatómicamente, e incorporan ballenas o flejes en la zona lumbar. Junto con el cierre delantero de la parte abdominal, estos elementos ofrecen una estabilización y sujeción de menor o mayor nivel, según la necesidad. Para lograr un mayor nivel de estabilización pueden contar con placas lumbares y refuerzos tensores en la zona lumbar.
En relación a las instrucciones de uso, tal como hemos comentado anteriormente, deberemos utilizar la faja que mejor se adecúe a nuestras necesidades y a la patología que suframos.
En todo caso, sea cual sea la faja que usemos, deberemos tener en cuenta que no hay que utilizarlas nunca en caso de heridas abiertas, ni en caso de presentar alergia a alguno de sus componentes.
Otros aspectos a tener en cuenta: talla de la faja y colocación
Una vez tengamos claro cuál es la faja más indicada para nuestras necesidades y la actividad que realicemos, deberemos escoger la talla adecuada y saber cómo colocarla correctamente para que ejerza la mayor eficacia terapéutica y sea cómoda. Lo mejor será preguntar a nuestro farmacéutico de confianza para que nos asesore y nos muestre cómo debemos colocárnosla, bien consultar el siguiente vídeo:
A modo de conclusión, en este artículo te hemos explicado qué son las fajas lumbosacras, qué tipos existen actualmente en el mercado y cuándo está indicado usarlas. Como su nombre indica, las fajas lumbosacras cubren la región lumbar y el sacro y favorecen una postura corporal correcta, resultando muy útiles no solo para tratar patologías, sino también para prevenir lesiones, especialmente si habitualmente forzamos la región lumbar a causa de nuestra actividad cotidiana, laboral o deportiva. Escoger la faja idónea resultará de vital importancia, no solo la que más se adecúe a nuestra dolencia o situación, sino también la talla justa. Igualmente, saber colocárnosla bien permitirá que ejerza la eficacia terapéutica para la que está diseñada y nos ayude a recuperarnos de nuestra lesión y a aliviar el dolor.
Fuentes:
Información y estudios internos de Farmalastic
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